EL MESSENGER AUMENTA LA PRODUCTIVIDAD LABORAL

Una reciente investigación de las Universidades de Ohio y California echa por tierra la creencia de que el uso de los programas de mensajería instantánea reduce la productividad laboral. El teléfono, el email y las conversaciones cara a cara generan mayores interrupciones en el trabajo que el manejo de estos programas.

Los investigadores realizaron el estudio entre mayo y septiembre de 2006 a 912 personas que trabajaban como mínimo 30 horas a la semana en una oficina y utilizaban un ordenador durante, al menos, cinco horas al día. Según R. Kelly Garret, co-autor del estudio y profesor asistente de comunicaciones de la Universidad de Ohio, lo que hoy se ve como inconveniente de la mensajería instantánea (MI) es en realidad una ventaja, ya que han descubierto que las personas que utilizan la mensajería como medio de comunicación tienen menos interrupciones.

Por supuesto que a la larga depende del uso que se le de a la mensajería instantánea. Mayoritariamente es utilizada para contactar con sus compañeros de trabajo y uno es consciente que de no estar disponible es mejor no interrumpir. Además ante cualquier duda sobre una información o tema es una excelente herramienta. En conclusión, el tiempo de comunicación es mucho menor que si tiene que ir a buscar a la persona. Sin embargo, en el caso de conversaciones más complejas o extensas se recomienda hablar cara a cara.

El control que se tiene tras recibir un mensaje es muy importante, porque uno puede esperar a terminar la tarea que está ejecutando para luego responder. Si bien el estudio proporciona pruebas claras de que la mensajería instantánea puede ser utilizada con éxito en el lugar de trabajo, Garrett aclaró que esta tecnología no puede ser utilizada de forma tan amplia como e-mail.

Ahora que tiene pruebas científicas, no pierda más tiempo y convenza a su jefe de los beneficios del Messenger. Pero cuidado, deberá usarlo como una herramienta y no como una fuente de distracción. Tal vez podría hacerse otra cuenta, más seria, o comenzar a borrar a esos contactos “molestos”.

Fuente: Historias de Queso

Damián Genes